Fauna olvidada se inició con un ejercicio de exploración interna de intereses, a través del ejercicio “caja de memoria”, donde se debían seleccionar objetos personales que según mi parecer, fueran relevantes para la construcción de un cuerpo obra. Lo que derivo en la elección de distintos tipos de osamentas recolectadas durante diversos viajes a campos y playas.

La elección de estos huesos se debe en gran parte al ejercicio que realizo al encontrar estos residuos orgánicos, de interpretar a que animal pertenecen y determinar su forma y características, para poder hacer una clasificación taxonómica apropiada.

Entonces al distorsionar el primer paso de separación de las osamentas de cada animal y mezclar huesos de distintas procedencias, crear nuevas estructuras óseas, y entonces realizar el mismo ejercicio de investigación, se tienen nuevos seres, a partir de las cuales se confeccionaron laminas anatómicas de cada animal creado, graficando y nombrando sus distribuciones óseas, musculaturas, órganos, etc. De manera que el espectador sea convencido de la veracidad de la información mostrada y no la considere ficticia.

La idea es dar una identidad creíble a estos nuevos seres e insertarlos en nuestro mundo de manera pasiva, por eso al citar a Fortunio Liceto Genuense, Andreas Vesalius y otros, en el tipo de grafica usada en las láminas, estoy apropiándome de una forma de representación anatómica ya establecida y aceptada por la sociedad, y si bien es muy probable que sea considerada antigua y por lo tanto parte de la imaginación medieval, las estructuras óseas están presentes para fundamentar y dar mas peso y credibilidad a estos seres, y así silenciar algunas dudas sobre su veracidad